Ellos dos se pusieron a nadar nada más llegar a la orilla de la playa, ella como siempre decidió quedarse un poco más retirada. Eran patrones repetitivos, ellos dos siempre habían conectado más, eran de acción, palas, baloncesto. Ella prefería quedarse quieta como si fuese una simple observadora y no formase parte de la escena.
Sin embargo, siempre formamos parte del cuadro, lo queramos o no, aún cuando creemos estar al margen, nuestra mirada, nuestra energía está presente y baña la acción.
Esta vez decidió darse permiso, al principio le costó pues era un papel nuevo para ella, quizá jugar a palas, fuese divertido, quizá darse permiso para jugar sin ningún tipo de pretensión podía estar bien, quizá romper con los viejos patrones era lo que su alma realmente le estaba pidiendo a gritos.
La semilla que me gustaría compartir, si tienes la opción de ir al mar, ves, corre hacia la orilla, metete mar a dentro, zambúllete y quedate haciendo el muert@ …….asi, sin más……sin nada más, observando, sintiendo como el mar te mece……a mi me costó dejarme mecer lo reconozco, solté algún que otro grito cuando note algún pez cerca…..sin embargo…. cuando lo conseguí….que bonita la sensación de soltarse a algo que sabes que te sostiene. Que forma tan bonita de aligerarte la espalda y poder respirar mejor.
Salud y buena vida🌻